¿De qué te reís?
Ayer llegó al chat de ex compañeras del colegio uno más de
los miles de chistes por el estilo que circulan por la red. Este relataba el
diálogo entre dos amigos, uno decía: “Mi mujer anda por la casa como Dios la
trajo al mundo” y el otro le preguntaba, “¿Desnuda?”, a lo que el primero
respondía, “No. Gritando”.
Como decía, este es solo uno más de una larga lista en la
que las mujeres aparecemos como las gritonas, las histéricas, las celosas
patológicas, las arpías…Usualmente no les presto atención pero ayer se me dio por preguntar quién había
decidido que las gritonas éramos nosotras, las mujeres. Una de las chicas salió
a apoyar mi comentario, pero luego me encontré con que otra me decía que había
que tener cuidado con no perder el sentido del humor, que en realidad a la que “le
quepa el sayo que se lo ponga”… En un
segundo, por cuestionar la difusión de este tipo de "contenido", corría el riesgo de haberme convertido una
persona carente de humor o una malhumorada que anda a los gritos por su casa y por
eso le molesta el chiste. Cabe aclarar acá que tampoco me hacen gracia esos
cuentos en los que a los varones se los pinta como torpes, básicos emocionales,
lineales, instintivos, brutos…
En un contexto en el que a las mujeres se las violenta de
tantas formas, me parece que es importante cambiar los chistes, las palabras,
las actitudes y acciones. Es en las pequeñas cosas que se percibe el progreso
de una sociedad, el buen trato entre sus miembros. Y creo que vale la pena
practicarlo aun cuando, a veces, corramos el riesgo de ser “poco divertidas” para alguna
gente.
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