En el nombre del
padre: Mi padre
Mi padre es un personaje. No siempre lo comprendo y no siempre él me comprende a mí.
Tengo la sensación de que a lo largo de nuestra vida juntos nos
hemos mirado básicamente con curiosidad e interés. De a ratos nos hemos mirado con
ternura, de tanto en tanto con rabia, algunas veces con resentimiento, pero de
base, siempre ha habido un lazo vigoroso y límpido como el de los arroyos de
montaña. Mucha agua, mucho rugido,
espuma y ganas de estar juntos.
Llevo amándolo 51 años porque él es como es. Hoy en día, la
mayoría de las veces, ¡ya ni quiero cambiarlo! Sé que va a cruzar mi cielo como
un cometa, que necesito estar allí para verlo y que él, con enorme alegría va a
saludarme desde su carrera de fuego.
También, a veces, baja la velocidad, nos encontramos, nos
miramos a los ojos y entonces con eso basta…
Por otra parte, por suerte mi padre no es perfecto porque
entonces puedo comprender y aceptar mejor todas mis limitaciones.
Mi padre fue mi padre y el de mis tres hermanos en
condiciones difíciles porque tuvo que cuidarnos solo cuando él tenía apenas 33
años y mucho dolor entre las manos. Y pudo y lo hizo bastante bien.
Fue el primer hombre al que amé y me amó y no tengo cómo
agradecerle el tiempo, la ternura y el sostén incondicional con el que me ayudó
a crecer siendo siempre ese que es: desconcertante
y amoroso.
Ese es mi padre. A él lo quiero.
¡Feliz día a todos los
padres que aman, respetan y cuidan a sus hijos!
Genial.
ResponderEliminarGracias, SoruceLS!
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